El diseño de la fachada se genera a partir de una silueta previa ya en proceso de construcción. La volumetría arquitectónica se compone de tres cuerpos superpuestos, uno de fondo de color blanco, uno secundario revestido en piedra y uno de hormigón en primer plano, que jerarquiza y engalana la composición del edificio.
El estilo de la fachada se estructura por una geometría elemental y libre de elementos decorativos, correspondiente a un minimalismo puro.